Cuando la luz se apaga y la oscuridad
aparece a los lectores sólo nos quedan dos caminos, dejar de leer o hacerlo de
otras formas, tal fue el caso de varios escritores cuyos ojos se apagaron, pero
su genialidad no, pues nunca dejaron de leer ni de escribir. Homero, Aldous Huxley, John Milton, James Joyce,
entre otros, padecieron la peor de las enfermedades para un lector: la ceguera.
Benito Pérez Galdós, vivió sus
últimos años en la completa oscuridad, trágico fin para un escritor prolífico y
fiel representante del Realismo quien había anticipado, en su célebre novela
“Marianela”, los pensamientos de un ciego enamorado que ve con el corazón y a
quien la Nela le advierte: “nuestra imaginación es la que ve y no los
ojos”.
Jean-Paul Sartre, el polémico y multifacético escritor, en 1964, arropado
de firmeza, decide rechazar el Premio Nobel de Literatura que la Academia Sueca
le otorgaba por su obra “La náusea”. Unos nueve años más tarde, vivió sus últimos días entre enfermedades, la ceguera
y desavenencias, pero se dice que su eterna compañera liberal, Simone de
Beauvoir, fue quien le asistió y leyó en
esos aciagos últimos años. Germán Uribe habla sobre él y nos dice: “hay que
pensar en lo que debió haber sufrido ese viejo ciego y tierno, libre y terco y
por añadidura terriblemente orgulloso”.
Finalmente hay que recordar a Jorge
Luis Borges, sus ojos se apagaron los últimos años de su vida, razón por la
cual recurrió a lectores en voz alta, uno de los más conocidos es Alberto
Manguel cuyos destinos se entrelazan cuando él era un joven empleado de la
librería Pygmalión y a la cual acude un
día el poeta argentino con su madre; por varios años Manguel será los ojos de
Borges, después sus caminos se bifurcan, el primero se convierte también en escritor y actualmente es Director de la
Biblioteca Nacional de la República de Argentina, mismo cargo que ocupara el
autor de “El Aleph” por dieciocho años consecutivos. Inspirado en John Milton,
a quien la ceguera no lo limitó a escribir su obra cumbre “El paraíso perdido”,
Borges escribe: “A los otros les queda el universo:/ a mi penumbra, el hábito
del verso”.
Para un gran lector la oscuridad no
es una limitante, el próximo 12 de Noviembre, en honor a Sor Juana, la Décima
musa, se celebra el Día Nacional del Libro, en físico, digital, braille o audio
libro, en todos sus formatos hay que seguir leyendo.
Publicado en Milenio Novedades, Yucatán. Columna. Eclosión de Letras.
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