sábado, 20 de septiembre de 2008

"ENSEÑAR ÉTICA ES UN COMPROMISO ÉTICO"
"El principio de la educación es predicar con el ejemplo" Turgot

En Grecia, hace ya varios siglos, surgió una disciplina filosófica (y la filosofía misma) que habría de regir las normas y la moral de la sociedad, lo que hoy conocemos como ética. Existen diversas definiciones del concepto, pero una que me parece más acertada es la siguiente: “Es un saber teórico y práctico: reflexión sistemático sobre el ser del hombre para actuar conforme al bien, a la vida buena”(Sagols,L. 2005:6). Esta definición, tomada por cierto de un libro de bachillerato, me hizo reflexionar sobre la impartición de esta materia principalmente en este nivel académico, pero que seguramente se da en otros.
En la actualidad se habla de ética en pocos contextos, uno de ellos es el profesional, como si únicamente los profesionistas o gente con “estudios”, estuviera involucrada en ello. No obstante, la ética nos incumbe a todos y nos remite a otro concepto que es la moral. Entendida como “el conjunto de normas, hábitos o costumbres, códigos que rigen a una sociedad determinada”, es algo que también incumbe a todos los seres humanos del planeta, y lo cual nos remite a un tema hoy en día olvidado y rezagado en las escuelas, en los hogares, en la política (creo que nunca han existido ahí) y en los medios de comunicación: los valores.
Como padres de familia, maestros, gobernadores, etc., nos corresponde inculcar los valores en una sociedad que, hoy en día, se caracteriza por la ausencia de ellos. Ejemplos de esto son los sucesos violentos que día con día ocurren en el país.
Hace ya algunos años se relegó este tema al campo educativo, incluyendo en el mapa curricular académico una materia denominada Ética y Valores o Civismo; pero la pregunta es ¿le corresponde únicamente a los profesores enseñar esta materia?
El problema inicia cuando en el hogar los padres carecen de valores y no los inculcan a sus hijos, pero ése es un tema aparte y extenso que no voy a abordar. El otro lado de la moneda se da en las escuelas y la pregunta es : los profesores que imparten ética ¿saben realmente qué es? Si en muchas ocasiones los mismos maestros carecen de la mayoría de los valores, y es que no se trata de pedir santos en las aulas, pero sí la congruencia con lo que se enseña y con lo que se hace. Qué sucede cuando muchos de los profesores de ética están en una institución porque “compraron” su título, su plaza, o entraron a una institución por un pariente o amigo influyente, o como recientemente alguien me decía en la institución donde laboro y que es una frase ya familiar en nuestro contexto: “es que está bien parada”, y aunque parezca tonto y absurdo yo me pregunto ¿y entonces de eso se trata la educación en el país?, en fin, todos aquellos profesores que obtienen un puesto como docentes pero por medio de la CORRUPCIÓN, ya tan común en el país.
Estos maestros, se presentan todos los días ante un grupo de treinta o más alumnos a “enseñar” esta importante materia, cuando en la realidad carecen de valores y principios elementales como la honestidad, la justicia y la verdad. Es vergonzoso y es real.
Considero que debería tomarse más en serio, por parte de las instituciones y maestros, la impartición de esta materia, que implica más que conocimientos teóricos. No se le debe considerar como una materia más y sin tanta carga curricular.
El profesor debe estar consciente que, a diferencia de otros maestros de diferentes materias, lo que enseñe a sus alumnos repercute en su vida personal presente y futura y, por lo tanto, de futuras generaciones. Es un compromiso serio y con una gran responsabilidad, pues a diferencia de otros conocimientos, los valores son universales e indispensables para cualquier sociedad, de ellos depende el futuro del país, pues ¿no es triste ver hoy en día que en nuestro Estado se están perdiendo cada vez con más rapidez?
Creo que vale la pena reforzarlos y recuperarlos. Si el alumno nunca llega a entender porqué dos más dos son cuatro ¿será igual de trascendente que un alumno egrese sin saber qué es la justicia, la humildad, la responsabilidad, etc., y no es que los conocimientos de otras áreas no sean importantes, pero deben darse juntos.
Por otro lado, también es importante reforzar la enseñanza de valores con el ejemlplo en el hogar, ya decíamos al inicio que no es exclusivo de la escuela, pero en esta ocasión he querido hablar de los profesores encargados de esta materia. No dudo que, en muchas escuelas, haya maestros de ética (o sin ser de esta materia) que enseñan más con sus actitudes y acciones que con su cátedra. Sin embargo, quisiera que muchos de los profesores que aceptan impartir esa materia reflexionen y entiendan que no se puede enseñar algo en lo que no se cree, y la ética es una disciplina muy hermosa que como dice en la definición citada al inicio: es un saber teórico y práctico, por ello, tanto a profesores (y no sólo a los que imparten esta materia) y padres de familia sólo nos queda un compromiso: “predicar con el ejemplo” .

ROSELY QUIJANO LEÓN