domingo, 27 de diciembre de 2015

EL LIBRO Y SU PRECIO

Sin duda alguna la principal limitante para el acceso al libro sigue siendo aún su precio, lo que lo convierte muchas veces en objeto de culto, inasequible y lejano. En la antigua Roma, la leyenda de los Libros Sibilinos nos ilustra cómo el alto precio del libro podía incluso ser una amenaza para los pueblos al no poder acceder a las profecías que en ellos se encontraban y que, por lo tanto, podrían hacer la diferencia entre el triunfo o la derrota de todo un imperio. La leyenda cuenta que las sibilas eran profetisas asociadas al culto de Apolo, quienes vivían en zonas volcánicas, consideradas como puertas del infierno. Una de ellas, la Sibila de Cumea, fue elegida por Apolo para convertirse en su amante a cambio de cumplirle el deseo que ella quisiera. Ella le pidió que le diera tantos años de vida como granos de arena cupieran en su puño, pero pasado el tiempo ella no accedió a corresponder los amores de Apolo, por lo que el astuto dios recordó que ella había olvidado pedir que su cuerpo no envejeciera, así que la Sibila viviría por muchísimos años, pero con el cuerpo envejecido; sus últimos y longevos años los pasó decrépita y encerrada en una jaula pronunciado las palabras “Quiero morir, quiero morir, quiero morir”. Su arriesgado atrevimiento también la sitúa como el personaje que desafía al último de los reyes de Roma, Tarquinio el Soberbio, a quien le ofrece en venta los nueve rollos o volúmenes proféticos, conocidos como “Los libros sibilinos”, Tarquinio al escuchar el precio, trescientas monedas de oro, rechaza tajantemente la oferta, entonces la sibila quema tres de ellos y vuelve a ofrecerle los seis volúmenes por el mismo precio, Tarquinio se niega de nuevo y ella quema otros tres más, motivado tal vez más por la curiosidad que por el valor de aquellos libros el rey decide comprarle por el precio inicial los tres tomos restantes.
Esta curiosa leyenda tal vez nos haga pensar en el valor del libro más allá de su precio, pues no necesariamente el valor del libro, que se lo otorga el mismo lector, está directamente relacionado con su precio, pero esa es otra cuestión. En México, en este país otrora de no lectores, que se convirtió de la noche a la mañana, según la muy debatible encuesta de lectura de CONACULTA, en el segundo de América Latina en hábitos lectores, el libro sigue siendo un producto caro, pues pese a la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, promulgada desde el 2008, que contempla el precio único del libro, esto no se aplica ni se respeta y no existe ninguna institución o dependencia que sancione a las librerías que incumplan con el rubro de esta ley. Ley que, es por demás decir, es letra muerta en nuestro país, pero que bien valdría la pena se aplicara y cumpliera como cualquier otra ley. Por fortuna, existen muchas otras formas de acceder al libro y la lectura, y sin duda los lectores son siempre creativos e ingeniosos para no perderse la oportunidad de leer, en especial si se trata de los libros más populares o más vendidos, que por cierto son los más caros, y que un cierto sector de lectores, no bibliófilos, han creado en redes sociales sus propias formas para intercambiar o vender los libros ya leídos y así poder acceder a otros, pues el interés de éstos es más por la historia que por el libro como objeto. En las ferias de libro sueles encontrar de todo tipo y de precios variados, tan diverso como los lectores mismos, y estas historias de grupos de niños y jóvenes que juntan dinero entre todos para comprar el título deseado, pero costoso, y poder compartirlo y prestarlo luego entre todos, además de inspirador es, sin lugar a dudas, un ejemplo de cómo el libro también une y acerca, crea lazos de amistad y formas de compartir, pero que no deja de ser caro e inaccesible para cualquiera. Una estrategia que al rey Tarquinio le hubiera resultado muy provechosa para poder adquirir los nueve en lugar de tan sólo tres de los tomos de los libros sibilinos. Los libros siempre han sido costosos, y los lectores no las ingeniamos para a pesar de ello, seguir leyendo, con la esperanza de que algún día bajen de precio. publicado en Encuentro Digital, 22 de diciembre 2015. Enlace: http://www.encuentrodigital.com.mx/index.php/editorial/108-colaboradores/rosely-quijano-leon/1001-el-libro-y-su-precio

miércoles, 9 de diciembre de 2015

México Lee 2015. “Todos los caminos nos llevan a la lectura: A leer se ha dicho”

Premio de fomento a la lectura y la escritura México Lee 2015. Buenas noches: Autoridades, público que nos acompaña y compañeros ganadores, es un honor compartir este momento con ustedes. Pienso que todos los caminos nos llevan irremediablemente a la lectura o tal vez que la lectura nos marca a los lectores nuestro camino, a mí el amor a la lectura precisamente me trajo el día de hoy aquí como portavoz de todos los que integran nuestra Red de Promotores de lectura del Programa A leer se ha dicho del Colegio de Bachilleres del Estado de Yucatán a quienes corresponde gran parte de este reconocimiento porque lo hemos construido juntos y son ellos el espíritu de nuestro programa y las alas que nos han permitido volar y llegar a este inolvidable momento. Soy simplemente una de tantas personas que en Yucatán desde hace varios años nos comprometimos con nuestra sociedad, los promotores o mediadores de lectura que desde nuestras pequeñas o grandes trincheras intentamos llevar este amor y pasión por los libros y la lectura que sentimos y ejercemos por verdadera vocación. Cada quien anduvo y forjó su propio camino, hasta encontrarnos, reconocernos y trabajar juntos; en Yucatán, desde los mediadores del Programa Nacional Salas de Lectura, como todos los promotores independientes y de otras asociaciones hemos ido construyendo poco a poco una conciencia social en torno a la importancia de la lectura, nos falta mucho camino por recorrer aún, sin embargo es por esta razón que me siento muy orgullosa de tener esta oportunidad de representar a todos y cada uno de ellos, mis compañeros de camino que trabajan incansablemente y con gran amor y compromiso en pro de la lectura desde varios rincones de nuestro bello Estado. En Yucatán se han y se están escribiendo historias maravillosas de mediación lectora. Creo firmemente que promover la lectura es abrir puertas que jamás van a cerrarse, esa es la razón por la que en 2007 tuve la iniciativa de abrir un espacio de lectura en mi plantel ubicado en un municipio llamado Kanasín, un espacio de encuentro con mis alumnos fuera del horario escolar, las obligaciones y la rutina, esta aventura inició con tan solo 7 alumnos que creyeron, confiaron y se unieron a compartir tardes calurosas de lectura y de escritura. Me faltaría mucho tiempo para poder describir la forma en que fuimos creciendo y que también hubo momentos de retroceso, de desánimo y de nostalgia, sin embargo todos los lectores tenemos algo de quijotes, de soñadores e idealistas, creemos y sembramos la esperanza principalmente en nuestros niños y jóvenes que representan realmente el mañana de nuestra convulsa sociedad actual, por eso Daniel Pennac dice que “leer nos cambia y esa es ya una forma de cambiar el mundo”, definitivamente quienes nos dedicamos al fomento a la lectura no vamos a cambiar el mundo, pero sí estamos reconstruyendo el tejido social ya desgastado, estamos con ello vislumbrando un horizonte de paz y amor en donde tengamos cabida todos, sin distinciones, sin violencia, sin dolor.
Juan Domingo Argüelles ha dicho también muy atinadamente que “los lectores que a la vez somos promotores o fomentadores del libro deseamos que cada vez sean más las personas que participen en este placer, porque sabemos que si somos más este ejercicio de leer como una actividad cotidiana y gozosa contribuirá sin duda a la construcción de personas más autónomas y con mayor conciencia ciudadana, es por eso que en A leer se ha dicho nos pusimos como finalidad acercar a nuestros alumnos a la lectura e incidir en su preparación como lectores competentes y autónomos, es también nuestra manera de contribuir a la formación de ciudadanos más conscientes de su entorno social. La lectura creemos que es un agente de transformación y cambio a nivel escolar, pero sobre todo a nivel social y personal que incide en el fortalecimiento de una mejor sociedad. Por ello, este más que un programa es un sueño compartido, construido con voluntades, cariño, respeto y con el trabajo de cientos de personas que han colaborado en él. Participar en este concurso es una gran muestra de que los mexicanos somos lectores y solidarios, por ello, en estos momentos tengo el alma repleta de agradecimientos, antes, ahora y desde que recibí la noticia de ser ganadora en esta categoría y no me cansaré de decirlo a todas y cada una de las personas que me han brindado su apoyo incondicional, empezando por las autoridades del COBAY, al director general el Dr. Porfirio Trejo Zozaya por creer en mí y darme su confianza para extender esta experiencia de 1 a 32 planteles distribuidos a lo largo y ancho de Yucatán, también a todos los prestadores de servicio social alumnos de la Universidad Autónoma de Yucatán, que desde el inicio en 2007 han contribuido a mejorarlo, y también, por supuesto a todos nuestros más de 900 jóvenes lectores que actualmente se han subido de manera voluntaria y entusiasta a este barco que navega entre páginas y letras y que es impulsado principalmente por su ánimo y sus sonrisas; no puedo dejar de agradecer también y en especial a los amigos de la FILEY Y SEDECULTA que más allá de su papel como funcionarios o representantes son amigos entrañables y compañeros de este mismo camino andando. Gracias también a los que se están sumando, no sólo en Yucatán sino en todo México, a los que han caminado solos y de manera anónima, a todos los que están o estuvieron y nos dejaron huella y hasta los que no han creído en nosotros va dedicada también esta intención de dar a conocer lo que con suma de esfuerzos, trabajo colaborativo y las ganas de hacer algo por el otro y por ti mismo pueden llevar a construir una esperanza o una alternativa a través de la lectura. De manera personal confieso que varias veces me he desanimado porque este camino que me lleva y nos lleva a la lectura no ha sido fácil, por eso mi agradecimiento es para mi madre, la raíz de mi tenacidad y constancia y a mis dos Rodrigos, al primero por compartir y dejar hacer realidad a mamá sus sueños y sus anhelos y al segundo por los muchos años y muchos más libros compartidos y por no dejarme rendir nunca. Termino también agradeciendo a todos los que hacen posible este Concurso por reconocer y valorar el trabajo del promotor o mediador que tanto contribuye a nuestra sociedad y que es muy poco conocido y valorado; y qué mejor manera de finalizar que recordar las palabras dichas recientemente por Rafael Tovar, presidente de CONACULTA, “un libro es una llave para abrir las puertas de la fantasía a otras realidades, mundos y galaxias”, qué afortunados somos los que tenemos por vocación fomentar la lectura de poseer esa llave, compartirla y sobre todo, llevarla guardada siempre aquí en el corazón. Muchas gracias.
Ceremonia realizada en el teatro Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes (CENART), el 12 de noviembre de 2015, presidida por Marina Núñez Bespalova, titular de la DGP, Jorge von Ziegler, director general de Bibliotecas; Arturo Velázquez Jiménez, director y representante en México de la Oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI); Ernesto Jiménez Hernández, director de Medios Audiovisuales e Informática de la Secretaría de Educación Pública; Juan Luis Arzoz Arbide, director general de Editorial Santillana, y Alonso Jiménez Ángeles, director de Medios y Digital del Consejo de la Comunicación.