
Por problemas familiares se ve en la necesidad de regresar a Progreso, Yucatán de emergencia y tiene que abandonar su anterior escuela, sin embargo, con ayuda de maestros y del propio sindicato le proponen la dirección de la Secundaria Federal de Hopelchén, Campeche, cargo que ocupa a partir de octubre de 1968. Al poco tiempo, en 1970, le notifican que es candidato a ocupar en Mérida, Yucatán la subdirección de la Secundaria Federal # 1 “Santiago Burgos Brito”, del turno vespertino, de la cual fungió también como director por varios años.
En 1978, junto con algunos amigos, el apoyo de las secundarias federales de Mérida y el entonces gobernador interino Víctor Cervera Pacheco, funda la Preparatoria Federal por Cooperación “Miguel Ángel” de la cual fungió como director por 6 años hasta que, en 1984, por motivos de salud la deja sin perder el contacto con la que fuera una de sus principales aportaciones a la educación de nivel medio superior del Estado.
En 1985 se convierte en el director de la Secundaria Nocturna del mismo edificio de la Federal # 1, donde permanece hasta su jubilación en el año de 1991 después de más de 32 años de servicio. Sin embargo, su verdadera vocación de enseñar lo lleva a continuar su labor docente, fundando la escuela de Regularización del ISSTEY junto con el profesor Roger Aguilar, lugar donde continuará con su incansable labor docente hasta que su estado de salud le impide continuar y lo obliga a retirarse por completo.
Debido a su trayectoria y su admirable labor docente recibió las medallas “Rafael Ramírez” e “Ignacio Manuel Altamirano” por 30 y 40 años de servicio, respectivamente.
Con toda una vida dedicada a la docencia y a la enseñanza, el profesor Gutiérrez Aguilar no sólo impulsó la educación media, y media superior en el Estado, sino que indiscutiblemente marcó una huella en cada uno de sus alumnos que aún recuerdan sus apasionantes y divertidas cátedras de Español en la Federal # 1. Compañeros, alumnos y familiares aún se acuerdan del profesor “Gonzalito” quien con toda la humildad que lo caracterizaba dedicó toda una vida a la noble labor de enseñar y, más allá de eso, de pensar en la formación académica de las futuras generaciones, consciente de que no hay mejor legado que la educación. Sin nunca haber tenido un homenaje o reconocimiento a su admirable labor sea esta una sencilla, pero sincera muestra de admiración por uno de los profesores que forma parte, con su ejemplo, trabajo y dedicación, de la historia de la educación de nuestro Estado.
Publicado en el Mensajero Escolar 2011.