domingo, 16 de enero de 2011

El fomento a la lectura: Las primeras semillas germinaron en el 2010

Por Rosely E. Quijano León.

Cada fin e inicio de año se convierte en un motivo ideal para bombardear de cifras, porcentajes e índices de diversa índole. Debido a los acontecimientos tan violentos que ha vivido el país últimamente, dichas cifras cobran aún más relevancia, sobre todo las relacionadas con los asesinatos, delincuencia y cuestiones similares.En estos días, a través de los medios de comunicación se discute sobre estos números y su evidente aumento, como si en algo cambiara el rumbo del país o si se devolvieran algunas de las tantas vidas que se pierden día con día.Dentro de este contexto, tal vez uno de los índices que menos importancia tiene es el de lectura, por obvias pero no justificadas razones. De sobra todos las conocemos, y no han variado en nada en los últimos años, ocupamos los últimos lugares a nivel mundial, lo evidencian la prueba Enlace, PISA y otros medios paramétricos y cada año desciende aún más el nivel de lectura; los números, porcentajes o gráficas están de más, es una realidad.



Con estos datos decepcionantes, infinidad de medios de comunicación, investigadores, escritores, instituciones gubernamentales, educativas y profesores aprovechan para exponer lo deprimente de la situación actual de la lectura en el país, unos a otros se echan la culpa y resulta que todos tienen a un culpable perfectamente identificado.Pero lo grave del asunto es que hasta ahí se llega, en las culpas, quejas y especulaciones, pero casi ninguno de los quejosos emite propuestas para revertir esta situación, lo cual no es fácil, por supuesto, y dadas las circunstancias que atraviesa el país, tampoco es una prioridad, sin embargo ahí está el principal problema, siempre se ha dejado a un lado la importancia de la promoción de la lectura y poco se ha hecho para impulsarla y difundirla.Los involucrados son muchos, desde el gobierno, medios de comunicación, editoriales, profesores, bibliotecarios, padres de familia, entre otros, pero el problema recae en que existe mucha más difusión de las cifras “alarmantes” de lectura que la promoción misma de ella en los medios comunicativos y en las aulas mismas; recae también en que en las escuelas se suele dejar esta ardua tarea únicamente al profesor de español o literatura, y tal vez al de historia, como si los demás no necesitaran que los alumnos sean más reflexivos, amplíen sus horizontes de pensamiento y se vuelvan más críticos, disciplinados y concienzudos, lo cual se logra a través de la lectura.

Con las cifras realmente se asustan sólo los que no hacen nada por fomentar la lectura, los alarmistas que se avergüenzan al afirmar que somos el país que lee medio libro al año por persona, cosa tan absurda pero cierta según la ONU. Muy al contrario, para mí ha sido grato en este 2010 ver crecer los programas y proyectos que promueven la lectura en niños y jóvenes en el Estado, sólo por mencionar algunos la Biblioteca Básica de Yucatán y Las Salas de Lectura que promueve el ICY, así como la creación de varios talleres y grupos dedicados a la promoción de la lectura, algunos de ellos promovidos o dirigidos por profesores y alumnos de la carrera de Literatura Latinoamericana de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY, lo cual demuestra el verdadero interés y dedicación por formar lectores, como es el caso de la profesora Lourdes Cabrera y Raúl Lara con sus “Rutas Literarias” que promete mucho para el 2011, llevando a las escuelas una propuesta interesante y motivadora a través de la literatura.Por mi parte, debo mencionarlo, mi granito de arena sigue en pie gracias al apoyo de la misma facultad y del Departamento de Servicio Social de la UADY, así como de las autoridades del Cobay plantel Kanasín, que han impulsado y apoyado el Taller Literario de Creación y Fomento a la Lectura que desde hace tres años promueve la lectura en los alumnos que asisten a él, pero también a todos y cada uno de los que han sido parte de este proyecto, quienes con su dinamismo, su creatividad y dedicación han hecho que la lectura, al menos ahí, sea vista con buenos ojos, convirtiéndose en un hábito en varios alumnos y uno que otro maestro.

Por lo anterior, las cifras no deben alarmarnos ni sorprendernos, deben hacernos promover y actuar, seguir buscando aliados en el fomento a la lectura donde nunca hay competencia, pues cada programa, taller o propuesta que surge, por más pequeño o grande que sea, comparte una misma finalidad: formar lectores, porque, como dice tan acertadamente Gianni Rodari, escritor y pedagogo italiano, “no se enseña literatura para que todos los ciudadanos sean escritores, sino para que ninguno sea esclavo”, ¿y no es acaso lo que necesita hoy en día el país?
Publicado en Por Esto! Viernes 14 de enero de 2011.

No hay comentarios: