lunes, 8 de abril de 2013

"Los olvidos de la literatura yucateca de principios de siglo XX: Pedro I. Pérez Piña"

Por Nilde Pérez de Palma Anoche volví a escuchar su voz y contemplé su sonrisa. La nostalgia y el orgullo se apoderaron de mi espíritu cuando surgió, ante mis azorados ojos, la añorada imagen que dejó un inmenso vacío en el seno familiar, un dos de septiembre de 1965. Fueron cuarenta y siete años de injusto silencio. Casi cinco décadas de haberse detenido la actividad literaria de quien amó tanto las letras como a su profesión de médico. El hombre generoso que siempre estuvo presto a paliar el dolor ajeno, y en horas de reposo se dedicó a crear momentos de deleite para quienes aman la lectura. Nunca, después de largo tiempo, había yo tenido la oportunidad de escuchar tantas veces el nombre del Dr. Pedro I. Pérez Piña. Fue en un salón del Gran Museo del Mundo Maya, en el cual se efectuó la presentación del libro LOS OLVIDOS DE LA LITERATURA YUCATECA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX: PEDRO I. PÉREZ PIÑA, con el cual su autora Rosely Quijano León, rescató del polvo del olvido a mi padre, al realizar un trabajo de acuciosa investigación para dar a conocer la vida y obra de quien aportó a la novelística yucateca varias obras, reconocidas en su tiempo, no sólo a nivel local sino también en el ámbito nacional e internacional. Así mismo, incursionó en el campo de la dramaturgia, el cuento y la poesía. Rosely logró plasmar en su libro, con una pulcritud digna de encomio y una redacción admirable, todos los detalles inherentes al caminar literario del autor que ella eligió para su tesis presentada en el año 2006, en opción al título de Licenciado en Ciencias Antropológicas, en la especialidad de Lingüística y Literatura. ¡Gracias, Rosely! Ante los momentos inolvidables que vivimos durante la presentación del mencionado libro, no pude sustraerme a la remembranza de este poema que dediqué a la memoria de mi padre en alguna ocasión: TÚ ESTÁS PRESENTE Te escuché una mañana, la frase entrecortada, decir que en pos irías del reino de la nada, presintiendo acercarse de tu vida el final. ¡Vano presentimiento! ¡Tú nunca estás ausente! Si siento tu presencia flotar en el ambiente y en la brisa está el eco de tu voz paternal. Si cada nuevo día tu silueta cansada traspone los umbrales de mi feliz morada con su grato mensaje de optimismo y valor, reflejo del cariño que a tus hijos profesas, liberando el sendero de espinas y asperezas, sintiendo en carne propia nuestra dicha o dolor. ¡Cómo soñar siquiera que te has marchado, padre, sin que por ello al alma de angustia se taladre destrozando las fibras de nuestro corazón! Si alguna vez osara pensar que no he de verte, que segó tu existencia con cruel filo la muerte, por este pensamiento, ¡concédeme el perdón! En: http://www.progresohoy.com/noticias/los-olvidos-literatura-yucateca-principios-del-siglo-pedro-perez-pina-7087/

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